La Luna es el cuerpo celeste mas cercano a la tierra, se mueve regularmente alrededor de la tierra (movimiento de traslación) de oriente a occidente, completando su órbita en un periodo de 27 días, 7 horas, 43 minutos y 11½ segundos, constituyendo lo que conocemos como mes lunar.
Durante este tiempo, se observa el reflejo de la luz solar, sobre la cara de la luna, de modo que durante estos casi 28 días, vemos que la luna nace, crece, decrece y muere, determinado lo que denominamos fases lunares.
En la fase llamada Luna nueva, la cara que la Luna presenta a la Tierra está completamente en sombra. Aproximadamente una semana más tarde la Luna entra en su primer cuarto, mostrando la mitad del globo iluminado. Siete días después la Luna muestra toda su superficie iluminada, será la Luna llena; otra semana más tarde, el último cuarto, la Luna vuelve a mostrar medio globo iluminado. Este ciclo es el ritmo más influyente sobre los diversos fenómenos terrestres; actúa directamente sobre la generalidad de los fluidos orgánicos, ejerciendo tal atracción, que es capaz de producir el fenómeno de las mareas. Además de este fenómeno inequívoco, origina algunas otras alteraciones energéticas en los fluidos de los seres vivos, que generalmente están constituidos por un gran porcentaje de agua, tanto libre, como de constitución (es decir el agua que puede secarse fácilmente de una madera, por ejemplo; o el agua que sólo se puede extraer quemando esa madera, respectivamente).
De ésta forma, sería evidente, aunque hay personas que crean lo contrario, que la luna actúa estimulando o menguando a los seres que viven sobre la tierra, de forma que la luna se convierte en un factor interesante de éxito para la agricultura y la ganadería, en donde se deben manejar los equilibrios de los fluidos de otros seres vivos. Durante siglos numerosas culturas rurales seguían el ritmo lunar para sus tareas, algo tendría que ver si durante tanto tiempo se guiaron por calendarios lunares.
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