viernes, 20 de agosto de 2010

Perdida varietal




De las 10,000 variedades de trigo que se usaban en China en 1949, sólo 1,000 seguían usándose en 1970 y esa cifra seguramente que ha retrocedido al día de hoy. En Estados Unidos 95% de las variedades de col, 91% de las de maíz, 86% de las variedades de manzana y 81% de las de tomate que se usaban en el siglo XIX se han perdido. Esto implica un grave riesgo de pérdida de riqueza genética, fenómeno que se conoce como erosión genética.
¿Por qué representa un peligro la erosión genética? Cada una de las especies y variedades que han ido evolucionando de manera natural o bien por la acción del hombre se han ido adaptando a las condiciones específicas del lugar en donde se desarrollaron, tomando en cuenta el tipo de clima, el suelo, la altitud, hasta la cultura y los gustos de aquellos que los consumen. Las variedades de cultivo desarrolladas en laboratorio, aunque están diseñadas para producir en más cantidad, no se encuentran adaptadas a las condiciones específicas, por lo que son mucho más vulnerables a posibles plagas, cambios climáticos o sequías. Asimismo, la pérdida de variedad genética significa también que en el futuro hay menos posibilidades de desarrollar nuevas variedades y especies. Esto se traduce en una amenaza a nivel de seguridad alimentaria, sobre todo en un contexto de crecimiento creciente de la población.

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