sábado, 17 de noviembre de 2012

Nabos, otra alternativa de otoño

Vamos a hablar ahora de otra de esas hortalizas que también ha ido desapareciendo de nuestras huertas y mesas. Bueno aquí en algunos lugares se sigue haciendo el tradicional pote de nabos ( en La Foz de Morcín existe al Cofradía de los Nabos, desde donde se elogia a este vegetal y se organizan jornadas gastronómicas con el nabo como protagonista), plato donde estos sustituyen a la patata, quizás como recuerdo de épocas anteriores al desembarco de esta en Europa. A partir de la Revolución Francesa se cultivaron más patatas y menos nabos en Europa hasta llegar a convertirse en un alimento casi olvidado.
Aunque cada día se planta menos, a pesar de sus interesantes cualidades;  el nabo pertenece a la familia de las Crucíferas, que engloba 380 géneros y unas 3.000 especies propias de regiones templadas o frías del hemisferio norte. La importancia de esta familia de hortalizas, a la que también pertenecen las coles y los berros, reside en que contienen unos compuestos de azufre considerados como potentes antioxidantes que ayudan a prevenir enfermedades.
Los nabos son muy útiles en la cocina, fáciles de cultivar y su temporada de consumo es larga. De esta hortaliza de raíz, hay unos que están listos para la cosecha en primavera y verano y se los denomina tempranos. Las variedades tardías, es decir, las que se recogen en otoño e invierno, tienen la ventaja de que se pueden conservar, cosa que no ocurre con los de primavera y verano que no se conservan bien.

Como sembrarlos: Si tiene la suerte de disponer de una cajonera fría, puede hacer una siembra de nabos durante el invierno. Necesitará profundizar en el suelo unos 15cm. como mínimo. Si no tiene la posibilidad de utilizar una cajonera, puede sembrar bajo campanas. Si su campana tiene forma de tienda, siembre una hilera; en el caso de hileras rectangulares, puede llegar hasta tres hileras, con 25cm. de separación entre ellas.

Para sembrar en el exterior, tendrá que esperar a bien entrado el otoño. Hágalo en hileras de 13mm. De profundidad y 30cm. de distancia. Siempre las semillas bien esparcidas a lo largo del surco o bien en grupos de 15cm. de distancia. Si quiere garantizarse un consumo continuado, haga siembras sucesivas durante el comienzo de la primavera, para que maduren verano.

Si la región en la que vive tiene ya un clima cálido y seco en las épocas de siembra, será mejor que no lo haga, ya que las semillas germinarían mal y las plantas no se desarrollarían como sería de desear. El calor y la falta de humedad son las circunstancias menos favorables para los nabos. De todas maneras tiene un recurso bastante bueno, que consiste en sembrarlos al abrigo de plantas más altas; los nabos recibirán entonces la sombra por lo menos gran parte del día.Riéguelos bien durante los períodos secos. A los nabos de verano, en especial, hay que “mantenerlos en movimiento”; esto quiere decir que, si tardan demasiado tiempo en madurar, tenderán a volverse fibrosos y leñosos, y esto supone que no valdrán para la alimentación humana.
Siembre las variedades de otoño e invierno durante pleno verano. Prepare surcos de 13mm. De profundidad y a 38cm. de distancia. Una buena idea es plantar estos nabos como cultivo consecutivo en la tierra que dejen libres las primeras patatas o los guisantes. Cuando sea posible manejarlas, aclare las plántulas a 20cm. de distancia. Estas variedades tardan un poco más en madurar que las anteriores y estarán en sazón, generalmente, desde principio de la primavera.
Si la cosecha nos ha ido bien, Arranque de la tierra las raíces que queden y guárdelas para suconservación en cajas con arena o tierra bien seca, o en un montón de paja en el huerto o en una bodega fresca. Deje aprox. unos 2-3cm. de tallo encima del nabo y recorte un poco las raíces, pero procurando no podarlas del todo.
En otras entradas os procurare dejar alguna receta para aprovechar esta deliciosa y sana hortaliza.

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