lunes, 12 de mayo de 2014

El tarwi


Hoy en el botánico me encontré en los huertos del Nuevo Mundo con Lupinus mutabilis, que se habían puesto como abono verde, en flor y con frutos. Y al verlos tan hermosos y que servían como abono verde, algunos estaban picandolos e incorporándolos a la tierra, me puse a investigar sus otros usos, puesto que había oído que se consumían en su zona de origen como alimento, con al intención de probar con su cultivo. La verdad es que en jardín botánico aguantaron bien todo el invierno.

El tarwi o chocho (Lupinus mutabilis) es una leguminosa originaria de los Andes del Perú, Bolivia, Ecuador, Argentina y Chile.  Sus semillas se emplean en la gastronomía de esos países desde la época pre-incaica. Su alto contenido de proteínas, mayor que el de la soja, lo hacen una planta de interés para la nutrición humana y en general, animal.
Esta planta es una leguminosa herbácea erecta de tallos robustos, algo leñosa. Alcanza una altura de 1,8–2 m. Se cultiva principalmente entre los 2000 y 3800 metros de altura, en climas templados y fríos. Las semillas de este vegetal da lugar a infinidad de preparaciones en la gastronomía peruana, especialmente como sancochado o cremas. Inclusive desde mucho antes del siglo XVI era parte importante de la dieta como fuente de proteínas. Se encontraron semillas en tumbas de la cultura Nazca.
La harina de tarwi se usa también hasta en 15% en la panificación, por la ventaja de mejorar considerablemente el valor proteico y calórico el producto.
Además, en estado de floración, la planta se incorpora a la tierra como abono verde, con buenos resultados mejorando la cantidad de materia orgánica, estructura y retención de humedad del suelo en los huertos.
Por si fuera poco los residuos de la cosecha (tallos secos) se usan como combustible por su gran cantidad de celulosa que proporciona un buen poder calorífico.
Ahora a conseguir semilla y probar con su cultivo. Este otoño los pondré como abono verde en mis bancales.

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