jueves, 29 de enero de 2015

Derherbado natural del terreno

Al final del verano, sobre finales de agosto y septiembre después de recoger les fabes y patatas, los campesinos de Asturies, sembraban el terreno con cereal, bien avena, centeno o cebada por separado o mezclados entre ellos para córtalos en marzo para dar de comer al ganado. Estos también se mezclaban con veza para aumentar su poder nutritivo para el ganado.
Esta practica ademas de proporcionar alimento para las reses, y quizás sin saberlo, estaba aportando otros beneficios para la tierra, puesto que aunque no se enterrase en su totalidad, no deja de ser un abono verde. Aportando materia organica al suelo, al incorporar las raíces y restos de tallos al mismo.
Otro de los beneficios de esta practica es su capacidad desherbante del terreno. El centeno, la avena, la cebada y el trigo sintetizan sustancias (ácidos hidroxámicos) inhibidoras de la germinación y el crecimiento de otras plantas, incluso de algunos insectos. Propiedad que los cereales tienen en mayor cantidad cuando son jóvenes, y teniendo en cuenta que estos no se dejaban madurar,  la cumplían a la perfección.
Cuando se asociaban los cereales con una leguminosa, ademas estaban incorporando nitrógeno al suelo por la capacidad fijadora del mismo de estas plantas.  La veza, a parte de fijar este valioso nutriente, funciona como planta huésped de insectos auxiliares, cumpliendo la importante función de mantenerlos cerca de los cultivos. Y trabajaban el terreno por nosotros, puesto mejoran la estructura horizontal en la zona superficial del suelo.


Esta siembra de cereal a mi me funciona y me  ha ayudado a limitar el crecimiento de plantas no deseadas como la grama.
 Por todo esto, el recuperar formas de cultivo tradicionales nos pueden traer un buen numero de beneficios. Y no me refiero con tradicional al uso de herbicidas y otros venenos, con la disculpa que siempre se hizo, praxis que por cierto no tiene más que unas décadas.

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